Durante el Neolítico, al pasar la vida sedentaria, los hombres prehistóricos construyeron habitáculos rudimentarios (chozas, palafitos) y crearon los primero poblados. Posteriormente, entre el Neolítico y la Edad del Bronce, apareció la arquitectura megalítica, a la que corresponden las primeras construcciones monumentales que conoció la humanidad.
El monumento megalítico más simple es el menhir, que consiste en una gran piedra alargada clavada en tierra en posición vertical. Su función era probablemente conmemorativa o religiosa. Las agrupaciones de varios menhires forman otros tipos de monumentos. Las alineaciones consisten en hileras de menhires. Los cromlechs son menhires dispuestos en círculo, separados entre sí por un espacio regular. El cromlech de Stonehenge, en el sur de Inglaterra, estaba formado por un círculo de menhires que sostienen unas losas horizontales a modo de dinteles, con otros dos círculos similares en el interior y una piedra central a un altar.
En comparación con el menhir, el dolmen es una construcción más compleja. Consiste en dos o más piedras de gran tamaño dispuestas verticalmente como paredes, que sostienen una ó más losas horizontales a modo de techo. Esta especie de mesa, destinada a enterramientos, se cubría de tierra formando un túmulo o una pequeña colina artificial. Algunos dólmenes adoptan la forma de un sepulcro de corredor, formado por un pasillo dolménico y una cámara sepulcral cubierta con falsa bóveda (formada por superposición de hileras de piedras que a medida que se elevan se van aproximado hasta unirse en el centro).
Naveta des Tudons (Menorca, España),una construcción característica del megalitismo balear. |
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